domingo, 3 de junio de 2007


Terminó nuestra eterna conferencia en el teléfono hace 3 minutos

y mi corazón se quedó suplicando que vengas a buscarme

que me raptes, para descansar este dolor en tus manos.

No, ni el tiempo ni la distancia ayudan al olvido.

3 comentarios:

botas de agua dijo...

Mel, sigues escribiendo cosas enternecedoramente hermosas. Siempre me pregunto por qué no te veo comentar en otros blogs... o será que comentas en aquellos en los que yo no estoy... en cualquier caso me alegro de que sigas (siempre) aquí. un fuerte fuerte abrazo.

mel dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anna Bahena dijo...

Sin duda es escrito para leer en tardes de invierno...

es bellisimo.

Anna.