Terminó nuestra eterna conferencia en el teléfono hace 3 minutos
y mi corazón se quedó suplicando que vengas a buscarme
que me raptes, para descansar este dolor en tus manos.
No, ni el tiempo ni la distancia ayudan al olvido.
El amor entra en nuestra vida por los huecos que abre la risa. * Berna Wang *
3 comentarios:
Mel, sigues escribiendo cosas enternecedoramente hermosas. Siempre me pregunto por qué no te veo comentar en otros blogs... o será que comentas en aquellos en los que yo no estoy... en cualquier caso me alegro de que sigas (siempre) aquí. un fuerte fuerte abrazo.
Sin duda es escrito para leer en tardes de invierno...
es bellisimo.
Anna.
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