sábado, 31 de marzo de 2007

Te presento a mis amigos


Claudia siempre quiso ser una hada, y eso no es un detalle menor. Aunque ella no lo crea esta muy cerca de serlo, sucede simplemente que ignora sus capacidades. Su cuerpo esta acostumbrado a los suspiros y con cada uno de ellos una parte de su historia se disuelve en el aire. Su veta de egoísmo se revela cuando canta a escondidas o guarda bajo diez llaves lo que escribe, no sabe que ese es su mejor regalo. Cuando estoy insegura de lo que escribo la situación se revierte gracias a ella, y si para su cumpleaños recibe de mi un poema tengo la certeza de que será el regalo mas esperado. Luciana tampoco es una hada pero eso no le impidió volar. Sus sueños son mariposas que ella persigue sin descanso aunque a veces le falta paciencia. Quien la conoce sabe descubrir a la niña de delantales blancos que continua intacta en ella, pero que calla cuando en ocasiones tiene que salir al ruedo la gran mujer que es. Su cuerpo sufre de grandes ausencias pero su corazón tiene el don de atravesar las distancias para secar alguna lágrima. Su risa es contagiosa y sabe bien disfrazar la tristeza cuando se da cuanta de que a veces necesita estar acompañada. En cambio a Mimi no le causa grandes molestias la soledad. Una vez la vi llorando de celos y entendí que para algunas personas puedo ser importante. Sabe defender lo que quiere sin hacer daño y tiene siempre una mirada optimista y hasta ingenua algunas veces. Es una perfecta confidente y tiene siempre una lectura muy sabia de los hechos. Cancela sin culpa horas de estudio a cambio de escucharme, contenerme y buscarle un alivio a mis problemas, por que aprendió que la amistad es la que te apuntala cuando estas a un paso del desmayo. Pero si hay alguien que valora la amistad esa es katy. Nunca continúa una charla sin antes saber como estas especialmente ese día y siempre cree que los problemas ajenos son mas importantes que los suyos. Retiene (al igual que Mimi) frases que dije hace tiempo y que yo misma no me acuerdo, lo cual me recuerda que estoy hablando ante personas que escuchan y valoran lo que digo. Es un templo siempre abierto donde puedes recurrir a cualquier hora cuando sientes flaquea tu fe. Es tan transparente que puedes ver a través de ella y con frecuencia prefiere callar antes que mentir. Mas que con las personas ella es fiel a sus sentimientos. La fidelidad es un atributo que le cabe perfecto a Natalia. Con sus comentarios a veces exagerados Natalia solo pretende esconderse detrás de un disfraz que oculta lo sensible que es. Siempre quiso ser mamá y ya esta en camino a lograrlo. Es una persona con una capacidad inmensa de amar y de entregarse a quien ama sin reclamar nada a cambio y de la misma forma lo es con sus amigas. Sus manos siempre están en movimiento y aprendió a no interrumpir a las personas cuando hablan. A veces sospecho que Natalia convierte su vida en cuentos de princesas y castillos y lo mejor de todo es que no le importa que la gente no opine lo mismo. Quien tiene seguridad en sus opiniones es Miguel. El tiene la capacidad de hacer que yo vea las cosas siempre mas simples, me cuida como lo haría a una niña y hasta hay veces que me reta por las incoherencia de mis caprichos. No tiene miedo de dejar a un lado su seguridad para darle un espacio a lo que yo opino y advierto que casi siempre se queda pensando en ello. No tiene vergüenza de decir te quiero ni de demostrar lo que siente, ni todos los relojes del mundo podrían apurarlo si quiere darte un abrazo. Muchos lo llaman su amigo pero el sabe que eso es un privilegio que no podría conceder a cualquiera. Prefiere ahogar sus penas en el mar y dormir antes que llorar.

A través de ustedes puedo crecer un poco cada día. Los adoro

miércoles, 28 de marzo de 2007

Sin palabras


No hay mucho que decir, sucede simplemente que no encuentro calma. No creo tener el valor para correr a tu encuentro. Si, me miras desde lejos y adviertes que cada día estoy un poco mas perdida y otro tanto... más desesperada.

jueves, 22 de marzo de 2007

Vestigios de un amor a contramano


Intentar cambiar la dirección del viento no hizo más que reavivar el fuego...

miércoles, 21 de marzo de 2007

Fiebres de la infancia


Mi infancia, sin duda, ha quedado cabalgando en el caballo de la calesita del parque. Desde ese lugar, recuerdo, el mundo todavía era mágico, los paisajes renacian con cada vuelta y las sonrrisas de la gente espectante parecia no cesar nunca. A veces me sentia demasiado pequeña para albergar en mi tanta dicha, aunque por dentro sospechaba que no todos mis compañeros de viaje podian sentir lo mismo. La calesita era en mi la oportunidad de sanar las heridas, de secar las lagrimas, de mirar siempre hacia adelante. Por las noches, antes de dormir, cierro los ojos y me traslado a los distantes domingos por las tardes, recorro en mi mente el parque desierto, me paro detras de las rejas que rodean la calesita y espero a que ella pase una vez mas... la niña con la sonrrisa mas iluminada del mundo, me mira, me reconoce y me invita a subir. Nadie en este mundo entenderia mi deseo de volver a ser esa niña que un día fui.

martes, 6 de marzo de 2007

Cuando se apaga la luz


Cuando se apaga la luz y me miras, todo mi cuerpo se vuelve vulnerable. Tu voz, tu piel y tus ojos hacen de mi la muñeca mas frágil, donde la sensibilidad me aquieta el alma, para calmarme de los ruidos y de las voces que no quiero oír, para separarme de ese mundo interminable, para dejarme llevar por el movimiento de las olas de ese mar que habita en tu cuerpo.
Y espero el momento donde pueda encontrarte inocente y desnudo
Y espero el momento donde me buscas niña y me buscas pura
Y me encuentras y me atrapas en los lados profundos de mi cuerpo.
Descansa, ámame sin miedos, por que llevan tu nombre todos los sentimientos que palpitan de la piel para adentro.

Manantiales


Manantiales de aguas desbordadas, a eso se parece mi alma, sin un lugar que me contenga.
Y yo respire tu piel, pude cubrirme con ella, pude limpiarme las heridas con tus manos, en tus brazos me aguardaba la calma y en tu voz se escondía el sobresalto, pero que intenso fue nuestro amor, que mezcla tan absurda de emociones, tenía algo de risa y algo de llanto, tenia la magia de eternizar lo breve, fuerte y frágil a la vez.
Mis ojos sabían bien dibujar los paisajes a tu lado, todo se volvía verde, todo se volvía río...
Amor... mas que amor fue un atentado de ternura, sabías como dejarme inmóvil, sabías cual era el tono de voz justo para llamarme, sabías como derrumbarme, como dejarme herida, sabías como agitarme los latidos y como hacer que la sangre corra mas a prisa.
Así me cobije en ti, debajo de tu brazo la vida no parecía tan absurda, veía pasar las horas amarrada a tu cintura.
Te quejabas por mis alas de niña, por las telas que vestían mi piel, por mi andar alegre y distraída, sin todo esto dejaría de ser quien soy y aunque perdiera tu amor no quiero ser el eco de lo que fui un día.

El infierno mas frío


Si yo pudiera hacer de las desilusiones un recreo no tan amargo... y no volcar mi cuerpo hacia el mismo lugar...
Y escucho hablar y decir, que saben, que piensan, que sienten, y también me oigo aunque ni siquiera estoy aquí.
Ay... la venda de lo inevitable cerrándome los ojos, ojala pudiera no revolcarme en la tristeza, ojala pudiera no mezclarme con el olvido.
Retumban en mi los ecos de las flechas que tiré ayer, golpean y se van como olas inquietas, olas que arrastran espuma hasta mi orilla sin borrarme una sola huella.
Quizá no conocía las profundidades de mi propio mar y me quede tranquila pensando que ya todo lo sabia.
Me gusta lo oscuridad, así no se notan tanto las imperfecciones del alma, así el dolor pasea en silencio por los cuartos, invistiendo cada detalle con su propia pena, cantando canciones de cuna tan profundas que a veces no nos dejan despertar. Me gusta la oscuridad por que en ella la tristeza sale en forma de lágrimas.
Pero viene la ciudad y los ruidos y la gente y la luz de ese sol que no abriga, para no hacer mas que dejarnos desnudos frente a las miradas ajenas y la inmensa sabiduría que creen cargar en las espaldas.
Y que pueden saber mis rodillas quebradas... y que puedo decir con la mente cansada, nada, sonrío, claro gesto de un disfraz que apenas abriga, aunque mi alma sedienta de calor tirite en el infierno mas frío.

Te vas...


Te vas, e inevitablemente quedan cientos de preguntas rondando por el aire. Despedidas en un domingo triste, imposible no dejar meditando a aquellos que sin querer son sensibles a percibir esa vibración de los hechos y de las cosas, puestas en este mundo para atravesarnos como puñales calientes aunque sin dolor.
Hoy te vi partir una vez mas, y es curioso pero siempre me quedo pensando que aun te quedas, en la parada de los colectivos... en el humo de algún cigarro te quedas atrapada y yo comienzo a recordarte, sonrío sola en la calle o en algún bar cuando revivo en silencio, como si construyera un mundo aparte con tus travesuras, tus actitudes fueras de lugar, pero tan bien ubicadas para hacernos reír. Se te perdonan siempre esos jueguitos infantiles.
A veces pienso... cuando trato de imaginarte en ese lugar a donde vives, rodeada de gente tan ajena a mi... me pregunto... será que pueden conocerte tanto? a pesar de tu alma de cántaro lleno de agua pura y transparente, será que pueden mirarte a los ojos y saber lo que piensas... o cuando mientes o exageras...? Cuando estas a punto de caer y derramar lagrimas enteramente mas profundas y frágiles.. será que pueden contenerte?? Me pregunto si fueron dignas, aquellas personas, de tus cuidados mas tiernos provenientes de tus instintos maternales y esa devoción por cuidar a quienes amas.
Pienso... pobre de ellos, que nunca te vieron partir con los ojitos tristes, pobre de ellos, por que en esos momentos te vuelves mas humana, frágil como a una muñequita que dan ganas de cuidar. Yo a pesar de todo, de necesitarte y sentir tu ausencia día tras días... continuo siendo feliz, quizá los demás no puedan percibirlo, y auqnue yo llore cuando veo que te alejas se que me quedo en ti, como si ese saludo final no terminara nunca, me tienes abrazada y no me sueltas con el transcurso de los días, y así una parte de ti se queda conmigo, por eso... con cada despedida yo siento que aun te quedas.