martes, 6 de marzo de 2007

Manantiales


Manantiales de aguas desbordadas, a eso se parece mi alma, sin un lugar que me contenga.
Y yo respire tu piel, pude cubrirme con ella, pude limpiarme las heridas con tus manos, en tus brazos me aguardaba la calma y en tu voz se escondía el sobresalto, pero que intenso fue nuestro amor, que mezcla tan absurda de emociones, tenía algo de risa y algo de llanto, tenia la magia de eternizar lo breve, fuerte y frágil a la vez.
Mis ojos sabían bien dibujar los paisajes a tu lado, todo se volvía verde, todo se volvía río...
Amor... mas que amor fue un atentado de ternura, sabías como dejarme inmóvil, sabías cual era el tono de voz justo para llamarme, sabías como derrumbarme, como dejarme herida, sabías como agitarme los latidos y como hacer que la sangre corra mas a prisa.
Así me cobije en ti, debajo de tu brazo la vida no parecía tan absurda, veía pasar las horas amarrada a tu cintura.
Te quejabas por mis alas de niña, por las telas que vestían mi piel, por mi andar alegre y distraída, sin todo esto dejaría de ser quien soy y aunque perdiera tu amor no quiero ser el eco de lo que fui un día.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sublime... Qué bueno conocer una mujer conciente de su infinito palpitante, y valiente de no perder el equilibrio en el vacío.

Nuevamente admiro la fuerza que hay en este blog, acompañas muy bien las palabras con las imágenes.